sábado, 22 de mayo de 2010

La terapia con osos marinos, muy beneficiosa para niños con necesidades especiales

Su rebeldía pronto se convierte en felicidad. Gonzalo toca, besa, y juega con África, un oso marino, sin miedo. El contacto con el animal le aporta sensaciones únicas. Es una actividad muy beneficiosa para niños con necesidades especiales.Gonzalo tiene 6 años y padece un extraña enfermedad, que le provoca un retraso en el desarrollo psicomotor, sólo hay 34 casos similares al suyo, en el mundo. Desde pequeño recibe un gran número de terapias, pero es la primera vez que interactúa con osos marinos, unos animales entregados y muy inteligentes.África fue extremadamente dócil haciendo los ejercicios con Gonzalo. Estos animales saben distinguir a los niños que sufren algún trastorno. Los osos marinos, saben cantar, hacer piruetas, y también posar para las fotos. Son casi como los humanos, pero con hocico y aletas.

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